COFRADIA DE LA “SANTA VERA CRUZ”
Esta es la cofradía que, de antiguo y como en tantos otros lugares, se encargaba de organizar las procesiones de Jueves y Viernes Santo.
Su cabildo se reunía el “domingo Lázaro” y acordaba quienes tenían que llevar las imágenes del Nazareno y la Dolorosa, así como el Sto. Cristo de la Guía y demás insignias en la procesión o carrera del entierro el Jueves Santo.
Antiguamente, cuando “había disciplina” acordaban quién tenía que acompañar a los hermanos penitentes y encargarse de los demás elementos.
Se encargaban del cuidado y custodia de los pendones y demás ornamentos de las imágenes que sacaban en procesión en Semana Santa. También compraron algunos de los pendones (En 1714 uno de damasco verde y en 1758 uno negro)
También se encargaban de la custodia de las andas para los muertos (en 1869 acordaron que se utilizasen para todos los difuntos, no solo los cofrades), y al menos desde 1717 se encargaban de pagar al enterrador. En las cuentas parroquiales figura que asumieron esa función hasta el año 1917. A partir de 1918 se encargaba el municipio.
Celebraban su fiesta el 3 de Mayo y se cargaban con los gastos de las funciones religiosas de esta fecha, con vísperas misa y procesión. También hacían fiesta el “domingo o infraoctava del Corpus”. Encargaban una misa rezada por cada hermano difunto, así como también se encargaban del pago de sermones como en la fiesta de la “Invención de la Sta. Cruz”, donativos de cera, obleas, etc.
La Cruz que sacaban en procesión en las fiestas de Mayo era la dorada que actualmente está en el centro del Altar Mayor, aunque no está claro que sea esta la Cruz dorada que la cofradía compró en 1712 por 541 reales.
En todo caso se hizo esta procesión hasta el primer tercio del siglo XX, y luego esa cruz se utilizaba para poner en el lugar de la Patrona como remate del monumento que se montaba para el Jueves Santo e incluso durante toda la Cuaresma.
Desde 1850 asumió el cargo de las fiestas del Señor.
En cuanto a su origen es difícil establecer, porque, como ocurre con otras cofradías, no existen libros de registro de sus cuentas hasta el siglo XVIII, en este caso las primeras que se conservan son de 1710.
D. Francisco Sanz de Frutos se refiere, en su inventario de 1877, a esta cofradía como “Universalísima”, y explica que él mismo copió sus Estatutos o Fueros en el libro de “Casa y Variedades”, el cual desgraciadamente ha desaparecido del archivo parroquial.
Seguramente el origen de esta cofradía está en torno a la mitad del siglo XIV como el resto de las principales cofradías que, por esos años, nacieron en la parroquia.
Las cofradías de la Asunción, San Bartolomé, Sta. Catalina, San Andrés e incluso la primera cofradía del Rosario (esta se volvió a restablecer en 1676) tienen las primeras referencias en los libros parroquiales desde 1551 fecha de la aprobación de los primeros estatutos de la cofradía de Sta. Catalina.
En todo caso en el archivo parroquial existen dos libros de cuentas de esta cofradía. El primero comienza con las cuentas y nombramiento de oficiales de 1710 y acaba con las cuentas de 1724.
El segundo incluye las cuentas y nombramientos de 1754 a 1774, por lo que se intuye la existencia de un desaparecido libro de cuentas que reuniese las cuentas comprendidas entre 1724 y 1753.
A partir de 1774 no se tienen registro de cuentas de esta cofradía, ni de ninguna otra, aunque se hace referencia a le existencia de libros de cuentas corrientes.
La irrupción francesa en la zona, de la que existen referencias en el archivo parroquial así como de la destrucción de documentos que llevaron a cabo los soldados y también las distintas desamortizaciones que tuvieron lugar, seguramente provocaron que no se conservasen estos libros junto al resto de los parroquiales y ocasionasen la desaparición de algunas cofradías, sobre todo las que tenían bienes como ganados, viñas y tierras.
En todo caso, en los libros de colecturía corriente figura el cumplimiento de las obligaciones y cargos que tenía la cofradía de la Cruz. Hasta 1917 figura, en las cuentas de la parroquia que esta cofradía era beneficiaria de los derechos de “rompimiento de sepulturas”.
La denominación de Cofradía de la Santa Vera Cruz está muy extendida por toda España, y en muchos casos son organizaciones que datan de los siglos XIII y XIV y generalmente están ligadas a la Orden Franciscana o sus cofradías de la Orden Tercera. En nuestro caso no sería de extrañar dada la cercanía del convento franciscano de Coca y de cómo sus frailes actuaban como tenientes o coadjutores en nuestra parroquia.
Estos frailes, junto a los dominicos de Santa María, sobre todo y trinitarios, agustinos y carmelitas de Segovia, Medina y Arévalo, entre otros, son los “responsables” de la mayor parte de devociones y advocaciones de nuestra parroquia porque son ellos los que se encargaban, como tenientes, del día a día de la parroquia con la administración de sacramentos, capellanías, etc. Así como ejercer en numerosas ocasiones como predicadores.
